domingo, 12 de septiembre de 2010

LA CONFIANZA EN UNO MISMO....PODEMOS TRASPASARLA A LOS DEMAS QUE ELLOS TAMBIEN CONFIEN EN NOSOTROS. lOS TESOROS DEL ESPIRITU EMBELLECEN A QUIENES LO POSEEN LE CONFIERE PAZ, E INSPIRAN SIMPATIA Y RESPETO.

UN CIEGO CON LUZ

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.

Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice: -¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? ¡Si tú no ves!
Entonces, el ciego le responde: - Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi... No sólo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario